Unas palabritas mías acerca de la "crisis" nacional.





Como soy una persona que siempre ve el “Bien” en las situaciones malas, convencida que toda imperfección conlleva el progreso al Bien, quería decir algo respecto a esta (supuesta) “crisis” que estamos atravesando. Para el caso, da igual que haya sido provocada a propósito por la “Elite” de nuevos ricos, que desean convertirnos en una panda de idiotizados robots, con toda prepotencia. Da lo mismo que nos hayan esclavizado con el consumo, de manera astuta durante treinta años, para ahora quitarnos todos los caramelos, en la esperanza de vernos amargar para conseguir vejados dóciles que sólo sirvan a sus groserías y caprichos. Da lo mismo que ambicionen tener el mundo en sus manos, pues el mundo ambiciona estar en manos de los inocentes… Y el mundo es quién manda. Por suerte y gracias a todo esto, despertamos por fin a la realidad. Es ahora cuando quizás puede esperarse otra vez algo grande de nosotros, los supuestos insignificantes. Nos han hecho creer que al trabajar como burros y consumir como animales, seremos como ellos. Nos han vendido motos de todo tipo: la de la vivienda digna, la de la democracia y el poder sobre nuestro voto y resultó que sólo éramos convidados de piedra. 

Que no tan sólo no probábamos bocado, sino que nos hemos endeudado pagándoles el festín a toda esa pobre gente rica. No es que me esté declarando profundamente anti monárquica, anti “escalas sociales”, anti “sangre azul”, es que me declaro anti sistema hasta los higadillos: sistema insensible y podrido de desfachatez, antihumano, anti vida y anti natural. Y que conste, que nunca antes he dado mi opinión a esto. Pero hoy me sale… Como iba diciendo, tenéis que sonreír y levantar la cabeza. Pues es tiempo de creatividad e ingenio. Mirad la literatura, mirad el cine, la pintura, el arte español y cómo éste está atravesando, gracias a la crisis, el mejor momento creativo (ni qué decir tiene el progreso creativo del cine nacional). La reducción de posibilidades y destacamientos hacen aflorar nuestro ingenio como nunca y crea maestros y obras maestras. Nos hemos pasado treinta años pensando que tener es ser, que ser es decorarse con títulos y carreras universitarias.

 Hemos creído que hacer cosas sonrojantes es glamour y noveau. ¡Se me encoge el páncreas! Dicho así por mi boca, parece que fuimos sólo títeres quijotescos en un circo de pijos. Títeres de esos que se abren paso a codazos a la vida y a su vez lo fuimos también. Pero es la verdad. En ésta ceporra sociedad de formas y apariencias, ásperamente realista, dónde hemos estado fingiendo una tranquilidad que no sentíamos, el optimismo es ahora deber moral. ¿Qué coño suicidio? ¡Es lo que quieren! Que tras deshauciarnos, nos tiremos por la ventana…¡Y un señor comino se coman! Hemingway dijo que el coraje no era otra cosa que gracia bajo presión (yo añado “bajo opresión”). No vamos a darles el gusto a ese hato de sangrizulados imbéciles. Vamos a enviarlos a todos a freír panteras. ¿Cómo? Preguntádmelo en privado, que tengo un plan… ¡Tamaño desafío! A veces las mejores estrategias no se hallan en profundidad, sino que flotan en las superficies. La última palabra y penúltima acción la tenemos nosotros. No culpemos solo a esos otros, ya que, reconozcámoslo, siempre hemos sido dados a loar la burricie y lo superficial. 

Este país nuestro, que ha tildado a su mejor y más coherente personaje literario de loco. Y no sabe todavía que en el Quijote tenía una biblia escrita con el humor del mejor ingeniero social de todos los tiempos… Y en vistas de estos tiempos que corren ahora y amén de que andamos necesitados de consejos y esperanza, no estaría de más volver a leer tal obra. Y antes de que la prudencia me quiera secar las palabras, termino estos pensamientos con un advertimiento: el fin del mundo el mes que viene. Ah, ¿Qué ya no lo creéis así? Pues entonces tendremos que volver a buscar otra fecha que nos sirva de excusa para no dejar los hábitos milenarios que nos cristalizan los corazones, y hacer que lo solucione todo el apocalipsis por nosotros. ¡Aupa! Bromas aparte: yo confío en el despertar, en que, al igual que a mí ya no os satisfagan los imperativos de las apariencias ni de la pasividad.

Sub umbra floreo: C.Bürk

Comentarios

  1. La crisis es un monstruo devorador de pobres y engorda ricos. Solución, no dejarse vencer por las circunstancias y plantarles cara. Somos más y mejores.

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