Reflexión acerca del verdadero amor. ( Para todos aquellos que todavía no saben lo que es ....)

 

Reflexión acerca del verdadero amor. ( Para todos aquellos que todavía no saben lo que es ....)


Plena- o parcialmente, el ser humano busca y anhela para su existencia tener felicidad y gozo. Para ello, es preciso conocer el amor, saberlo emplear y conocer su profunda naturaleza. El servicio a los demás, el afecto fraternal y hacer el bien de manera continuada, sin más interés que el de DAR felicidad, manifiesta el carácter de alguien que ha logrado alcanzar el más alto don o la mayor de todas las virtudes: ¡El amor! Toda la creación habla a un solo idioma: Amor y cómo saberlo dar. ¿Y cuál es esa voz? ¿Cómo escucharla correctamente? La voz del verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, los otros son, de lo que han sido, de lo que serán y de lo que ya son. Es su aceptación plena. El amor puro y verdadero nacido en el corazón del gran creador del Universo, donde el compromiso a darse a los otros, se conjuga como fruto del perfecto plan de Dios. En el ejercicio de tan excelsa disciplina nos vamos desarrollando y acercando más a la supremacía del espíritu sobre la carne, el egoísmo y la trivialidad. Jesús hablaba que el tenia una fuente de agua que si uno/a bebía de ella jamás tendría sed….Ese agua solo puede ser el amor: el triunfo garantizado.

No es tan difícil distinguir los amores verdaderos de los falsos. Con un poquito de intuición, sabemos qué pasa. El amor siempre es falso, cuando crea una dependencia, cuando luchamos por él hasta la extinción de nuestras energías. El amor de verdad, no resta energía, la aporta. Lo que es verdadero se desenvuelve solo, sin demasiado empeño, lo mismo que las mareas se sincronizan, las flores brotan sin esfuerzo y el agua se evapora. El verdadero amor no es un sentimiento de apego, es el deseo de libertad. Los verdaderos desarrollos del amor no parece que estén batallando en su desempeño. Estamos tan inmersos en falsos amores que no es de extrañar que la estadística de divorcios ya llegue a 1 por cada dos matrimonios. Por suerte o por desgracia, ya damos por hecho que los amores no duran y nadie se escandaliza al ver pasar novios/as sucesivos/as por casa del vecino.

Las relaciones se suceden, intento tras intento, con el fin de hallar alguna que pueda funcionar, entendiendo como funcionamiento la cualidad de satisfacer por igual a las dos partes y además la capacidad de crecer en el tiempo….Sin embargo, cometemos una y otra vez el mismo fallo: tratamos de complementarnos a través de los otros. EXIGIMOS a los otros ser mejores PARA nosotros, que nos presten atención, que nos aporten…Etc. etc. Al final, maldecimos la relación porque no resulta y caemos en la adicción de besar sapos, buscando príncipes o princesas, cuando los que fallamos al amor somos nosotros con nuestra actitud y expectativas. Hay que tener muy claro que la necesidad de amar, no es el amor. La dependencia, tampoco. Esperar de los otros, desde luego que no. “Yo te quiero porque tú me vas a querer”… ¿¿?? NO y NO….¡¡El apego no es amor!!

Pero es muy fácil confundirse. Lo que entendemos por amor con frecuencia tiene más elementos de no-amor que de lo que compone el amor auténtico. Me sorprende la paradoja, pues películas, canciones, prensa del corazón y nuestro mismo entorno utilizan hasta el desgaste la palabra amor - ad nauseam -para denominar todo aquello que es incompatible con el amor. La dominación que algunos ejercen sobre sus parejas no es amor, desde luego. En el amor de verdad se da la tolerancia, la aceptación y falta de resistencia. La necesidad, las exigencias y el apego son falsas apariencias del amor y las grandes responsables del fin de muchas historias románticas.

El hecho de sentirse apegado a las personas, objetos o situaciones es parte del condicionamiento de todo ser humano hasta que este empieza a ser consciente de sus necesidades y temores. En el momento que se da cuenta de que lo que creía amor tenía que ver más con sus necesidades personales, es posible que esté preparado para pasar del apego al amor de verdad. Albergamos la falsa esperanza, que el amor nos va a cubrir todas nuestras necesidades. Pero el amor no es eso. Más bien lo contrario. El amor tiene que doler, al sentir que estamos completamente libres de apego para amar. Es importante que sepamos que no existe ninguna sensación de seguridad perdurable al amar a una persona y que nunca podremos ni debemos controlar los cambios imprevisibles de la realidad. El amor es no temer, con la certeza que todo lo que necesitamos ya lo tenemos en nosotros y que por ello somos aptos para amar de verdad. La necesidad y el apego surgen, cuando nos identificamos con esa persona o situación y llegamos a convencernos de que los necesitamos para ser felices. El ego humano llega a planear cualquier cosa con tal de mantener a su objeto de apego dentro de su esfera de influencia y control. La adicción a una persona, conduce a conductas de manipulación, abuso y hasta violencia. En su forma más leve, esa adicción se manifiesta como atadura, ya que trae consigo la idea de que el objeto de deseo nos aporta algo que no poseemos: felicidad, seguridad, el sentirse amado, cuidado, importante, validado. La repentina pérdida del otro, nos producirá dolor, rabia y depresión. La diferencia fundamental entre apego y amor es el factor LIBERTAD.

El amor jamás restringe el libre albedrío del otro. Estar apegado crea la falsa creencia de que el amado refuerza nuestra identidad. Miedo y necesidad son las emociones que subyacen al APEGO. Miedo a estar en el presente, a enfrentar lo desconocido o a perder el objeto del amor. Cuando necesitamos ALGO de una persona, eso ya no es amor. Ninguna otra persona puede lograr que seamos felices, nada más que nosotros mismos, desde dentro de nosotros.

Nuestra IDENTIDAD no está en los demás. Al adueñarnos del otro, nos perdemos a nosotros mismos. Sentiremos urgencia y ansiedad cuando el otro no se comporta según nuestras expectativas, entonces sabremos que no ES AMOR.

No podemos exigirle al otro que remedie nuestro malestar, porque no es responsable del mismo, si ocurre. Lo mismo se aplica para el otro, habría que dejarlo que sienta su rabia y su dolor sin intentar salvarlo por no sentirnos mal.
Para empezar, podemos responsabilizarnos de nuestras decisiones en lugar de sentirnos víctimas. Sentirnos dueños de nuestra propia felicidad. Sentirnos menos "importantes" al focalizar con humildad en nuestro interior en lugar de hacer al compañero atención de NECESIDAD o crítica constantes. Podemos esforzarnos en saber estar presentes ante nosotros mismos, atentos a nuestra rabia, miedo, dolor, expectativas y exigencias.

Hay algunos componentes clave en el amor verdadero y éstos son la bondad incondicional, la compasión, la alegría (sin ella no hay amor) y la empatía, ecuanimidad y libertad: el verdadero amor hace alcanzar la libertad. Cuando se ama de verdad se le da al otro una absoluta libertad. Si no es así, no se trata de un verdadero amor. El otro debe sentirse libre, no solo por fuera, sino también por dentro.
El amor es un bien escaso, cuando se transforma en actitud. Hay que pensar en el amor como en una acción. De esa manera es imposible sentir jamás la soledad, ya que el amor nos une íntimamente a todo cuanto nos rodea.

El amor es la vida, la alegría, la risa. Amar tanto a los otros con todo lo que son, hacen bien y mal, que DUELE, duele dulcemente en el interior….El amor más elevado no es, en absoluto, el de la relación afectiva. El amor verdadero es una característica del ser: de la misma forma que los árboles con verdes, el que es amoroso, ama. El árbol no se pone verde para nosotros. La flor continúa desprendiendo su fragancia, tanto si alguien está cerca como si no, tanto si alguien la aprecia como si no. El amor es una cualidad del ser que nos une íntimamente al Gran Creador del Universo."

(Sub umbra floreo: C.Bürk)

Comentarios

  1. Son reflexiones muy bonitas e interesantes a cerca del tema, me ha gustado mucho. Yo también creo que cuando se crea una situación de dependencia de los demás y cuando exigimos que nos complementen o den aquello que nos falta ya no es verdadero amor es egoísmo .

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    1. Celebro que leas mis escritos y los contestes tan amablemente, pues no hay muchos lectores que comentan y siendo tú estoy doblemente agradecida y feliz. En efecto, el amor no exige, solo da, en todas sus variantes, de lo contrario hablaríamos de posesión. Quizás sea demasiado idealista o quizás éste mundo me sea demasiado ajeno, lo ignoro.

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