Una carta para ti

Una carta a ti (Mientras otros están atentos al futbol en este país)

Cuando miras largo tiempo a un abismo, también este mira dentro de tí.
F.W. Nietzsche

Una carta a ti

¿Sabes qué es lo que le hace la soledad al alma? ¡La congela! Y mientras lo hizo, mi corazón fue gritando como una bestia herida y humillada.
Mi fe en el amor me atrapó y me destruyó para siempre; lloré desde lo más hondo del corazón, porque supe que el amor nunca lo sería todo, que solo es una equivocación que otros toman por tu punto flaco y tú me lo confundiste con mi debilidad. El amor nunca es suficiente, no lo cura todo, en nada vale su esfuerzo.

Ahora solo lloro con el temor de no sentir nada.
Me vi atrapada por mi propio amor, casi me estrangula con esa soga de credulidad por el cuello, ese amor al que no escuchaste, al que no dejaste gritar ni respirar.

Ahora solo espero pacientemente, reconciliarme con los relojes, que cada tictac dé golpecitos en mi corazón para mantenerme viva.
Y mientras,..tictac,tictac…, el tiempo pasa, galopando sin piedad, avasallando unos añicos que me quedan de vida.
Aún lucho con mi dignidad, con lo poco que en mí queda de la persona que fui, para así comprender la total aleatoriedad que mostrabas hacia ti mismo, cuando traté de enfrentarte contigo, destapándote.Tu extraño enajenamiento con tus verdades,-que yo reconocí desde el principio con los ojos de mi corazón, fue totalmente inmerecido.

¡Si hasta la humedad de tus besos fue injusta! ¡La presión de tus abrazos, ingrata!
Yo te había tendido, confiada, todas mis llaves. Había escrito en el vaho del cristal de la eternidad tu nombre, pero lo degradaste a efímeros ciscos.
Todos mis recuerdos, -así recuerdo-, se habían borrado y llenado con tu sonrisa.. Cada lugar, cada rayo y cada sombra se habían convertido en tu mirada. Cada noche, en tu día. Cada canción en tu voz, y ya no distinguía otro olor que no fuera el tuyo. Era tan feliz engañándome con la cegura del corazón, tan dócil, tan confiada, que no pude entender que el verdadero amor no era bastante para ti, que no tenía nada que hacer.

Te permití los besos más dulces, las caricias mas osadas, pero tú solo te entretenías en ser un niño que jugaba con mi vida, hasta convertirla en juguete roto.

Así que ahora es únicamente mi responsabilidad, recoger las piezas y reconstruirlas.

El mundo, querido, tiene una extraña manera de generar a alguien como tú; produce en las vidas una insólita oscilación gravitencial, de corrientes ocultas y de inconfesables deseos, que conducen,-como consequencia y por orden natural-, a la negación de ellos mismos. (Un pajarito me dijo, que a los mentirosos los reciben en el infierno con una alfombra roja, para que entren, por si te sirve de consuelo...)

Yo, ingenua y cándida, no estaba preparada para no recibir lo que solo fuera la verdad, -que no iba a servirme por ella sola-, sino para que continuasen los latidos de mi corazón tan azotado, osando adorarte en tu total desnudez.

Sin un atisbo de corazón que sienta:
C.

Comentarios

  1. Me ha encantado,Quizá por que hay mucho de lo que dices que me toca de cerca,que es un poco de mi,de vivencias personales,que me identifico con ello,saludos Claudia,siempre te sigo ..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Curioso, hasta hoy no vi tus comentarios. Es que no me llegan nunca a mi correo, por suerte hoy he visto varios comentarios tuyos y quiero darte las gracias por tu amabilidad al escribirme y seguirme. Muy, muy agradecida :-)

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares