Poemas obscuros y densos...

Nota: Poemas escritos años atrás, obsuros y densos........


IN ABSENTIA

Arraigo un oasis,
de letras que no mueren,
de palabras que pronunciarse no quieren,
de ideas que sucumben.

Acarreo un desierto:
grafía y balbuceos,
de intentos y gotas de tinta
que mueren sobre la hoja.

Arrastro esa cruz,
que pesa sobre las letras
que me ocultan los indicios.

Como el faro ante un naufragio,
iluminan mis ojos
lo que el alma toca y calla,
lo que en mis adentros custodio y encadeno,
lo que mis manos enmudecen.



LA CENIZA DEL SER


“Soy la ceniza del quise ser, apagada como una colilla sobre el cenicero”
Leopoldo María Panero


Velando una maldición,
sueño la muerte, para que no me olvide.

Mendigo la expiración,
batallando con mi vida incolora.

Llego fatalmente al último aliento,
me asesina la ausencia de amor real.

Canté el sentido del universo,
pero el frío del mundo silenció mi voz.

En dócil espera,
aguardé la recompensa del amor
pero llegó la demolición del hielo.

En mansa servidumbre,
he sido sierva fiel de Dios,
hasta que el diablo pagó mi salario.

La clara luz está de ojos ciegos,
la noche honda acuna mi desmoralizadaza.

Peor que morir es vivir de amor.
Mejor que amar es vivir en la muerte.
Peor que vivir es morir sin amor.
Mejor que vivir es morir de amor.

Existo mejor dónde nadie me busca.
Ahí dónde mis ojos son el fuego, mi boca la sangre, mis manos el infierno,
que crearon el hielo de la circunstancia.




LAS CELDAS DE LA MUERTE


Entre celdas de llanto subsisto,
mientras detrás de un muro de tristeza
otro muro persiste.

Como una larva crecí,
soñando ser mariposa,
bebiendo a trago y sed la poca vida que me fue adjudicada.

Cautiva de dolor, de amor y de Dios cautiva,
me rindo al veneno
bebiendo a sorbo y aridez la ponzoña,
que amarga me quita la sed, matando.

Y el vino sabe a muerte, al fondo de la copa.

Me rindo al veneno del mundo y de la mentira,
mientras mi corazón se pone de rodillas,
latiendo puro hacía el silencio que le reza.

La carcoma ingresa en cada palabra,
que antaño ansié tornar piedra preciosa.
Y es que en mi reblandecida y sofocada mente,
ya solo caben sinónimos de muerte.

Por ráfagas del tiempo, mi vida se desploma;
anegando las amplias enclaves,
de los que se perdieron ,
con el vasto mapa de mi lenguaje.

Las palabras se extraviaron,
y no saben regresar al hogar del alma.

Quemo recuerdos en mis venas,
bajo el poder fatal de la negrura.
Y como conclusión, la certeza
que
nadie osó amansar mis latidos,
nadie
con manos de la verdad.



LAS MONTAÑAS DE LA PENA

Es tan elevada mi agonía,
que abandono mi escondite llorando,
y una puerta, se me hace montaña.

Es tan hondo mi dolor,
que de intentar alcanzar una salida,
no hallo la montaña que pueda izarme.

Es tan profunda mi aflicción,
que de tanto mendigar la ínfima luz,
mis ilusiones mermaron por completo.

Es tan oscura mi pena,
que tras ambicionar el albor,
sólo la noche se empeña a dar cuerpo a mis latidos.

Es tan inmensa mi duda,
que no existirá certeza,
que reemplaza el amor escamoteado.

Es tanta mi tristeza,
que lo remoto se vuelve nada,
el cielo, horizonte vacío;
llama de la verdad, embuste.
Todo faro, luz sin vida.



OSCURIDAD LLAMEANTE


Hoy te imploro, profunda noche,
pitanza de soledad,
hoy te reclamo el derroche
de toda tu hondura y oscuridad.

Y si en la penumbra me descamino
que la muerte me concurra,
¡ nocturna soy y cuervo de la noche!,
que al mundo adivino,
sin que el tiempo me descubra.


Como un vampiro anodino
muerta estoy en vida:
sin luz, sin sol, sin camino,
¡y mi mapa es una gran herida!



Mis pensamientos sometidos
recorren lastimosos los halos de luz,
mis dedos decididos
me clavan a mi propia cruz.


¡El amor sólo una mentira,
El dolor una sátira más,
Mi vida tan sólo herida
que no sanará jamás!


¿ Verdad? ¿ Mentira?
¿Quién es quién? (¿ser o no ser?)
¿Como sentirme querida
si nadie me sabe ver?



Sub umbra floreo: C.Bürk

Comentarios

  1. SIN PALABRAS...

    Sin palabras arrastro el silencio de los cielos,
    sin palabras me dejas en el otro lado de la luna,
    sin palabras que describan los vacíos, los silencios...

    Arrastro la calma del amor ciego y olvidado,
    marcan mis pasos la sed que mendigo a tus labios
    mientras, cicatrices brotan de mis manos,
    sin acariciar ni siquiera tu perfil.

    Ana Bermejo

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