Pornografía y sexo duro
Pornografía
y sexo duro.
Ustedes
ya me conocen. Yo no hablo de sexo. Tampoco de política. Al menos no hasta
ahora. Pero ahora que he conseguido atraerles con un título impactante hacía
éste escrito mío (que por cierto nada tiene que ver con los adjetivos del
mencionado título; pues plagié tal táctica de los articulistas y similares
literatos venales…)
Ahora,
así, haré que ustedes me lean.
Tampoco
se supone, escribo sobre nacionalismos. Porque una es muy angelical y debe
seguir en esa línea.Ya… ¡Ja!
Hoy,
empero, me arde la sangre por escribir sobre las cosas que ve ésta servidora
desde dentro de sí por ahí fuera. Por mis venas, como por muchos de esos que
somos hijos del mestizaje, confluyen unas cuantas sangres y banderas diferentes.
Ya he venido escribiendo abiertamente sobre mis fobias y aficiones, así que
supongo que no les sorprenderá que hoy escriba en nombre de todos esos que como
yo, tienen impreso en su ADN a varias naciones al unísono.
La que
escribe estas letras se indigna al ver ondear a cualquier bandera, proceda del
país que proceda. A los que son como yo, nos parece un gesto de muy mal gusto. Concédanme
llamar a los adoradores del nacionalismo unos atormentados de ego. Deben llevar
un vacío enorme en sí en cuánto a identificación moral se refiera. Estos
movimientos ideológicos compulsivos, por lo visto, tienen algún efecto
inmediato sobre la falta de personalidad e ideales. No sé qué más decir sobre
cierto comportamiento; voy a decir que tengo lagunas conceptuales al respecto.
La cosa
es que las banderas andan por todos lados. A lo que a los charnegos nos dan
ganas de recogerlas todas juntas y darles una finalidad más útil. Como por
ejemplo puede serlo confeccionarle un traje a medida a las desmedidas de la
Merkel (¡ojo!, la sugerencia viene de Karl Lagerfeld) o limpiar con ellas el polvo acumulado sobre los
muebles u otros objetivos sucios, lo que no excluye la higiene personal. Sea
para la zona corporal que sea. Dicho así de un modo fino.
El otro
día se organizó la Marimorena en mi perfil de Facebook. Yo hablaba de mi
alergia (¡atentos!, he escrito “alergia” y no “alegría”; que éste idioma de
Cervantes trae sus confusiones) a las banderas y no tardaron en aparecer un
descojonado español y junto a un acojonado catalán. En medio de tanta des y
acojonación que fue alternándose entre uno y otro (al rato el a-cojonado era el
Español y el des- (ítem) el Catalán) ambos
vinieron dispuestos al combate. Y lo liberaron. Y a ellos se sumaron un chino,
un francés, un cura y un médico.
La cosa
tuvo miga. Se lanzaron granadas, bombas y lacrimógenos variopintos en forma de
descalificativos. Leí mofas
nacionalistas como por ejemplo “Gabacho”, “Catalufo de m.. .”(biipp), “Espanyolito
lladre (no volem un lladre de president ejemm…) ”, “Come gatos” , “Pederasta” y
“Matasanos”“seguido de un larguísimo
etcétera de insultos y amenazas. Como ironía póstuma el chino se hacía llamar
Jordi Onésimo Redondo, el cura tenía a Pamela Anderson en su foto de perfil y
el francés que se suponía republicano, se declaró simpatizante de la monarquía
española. El mundo al revés, señores. ¡Y yo que pensaba que los chinos se
hacían llamar Yong, Ying o Yang. O Psi…(Ah, no. Que eso es japonés). Lo del
cura es más factible. Y lo del francés, digamos que no me sorprende. Pero
claro, por típicos y tópicos que no sea.
Todos
caemos alguna vez en la trampa de otorgar a alguien su nacionalidad y los
tópicos que ésta conlleven a su aspecto. A mí no paran de preguntarme si soy de
tal y cual país.
El otro día, al esperar el autobús, me dio por hablar en
alemán con mi sobrina. Unos caballeros -que tenían lo mismo de caballeros que
yo de princesa- (prometo que con ésta última afirmación no estoy haciendo un
guiño republicano; aunque naturalmente ustedes ignoran si mientras
escribo, cruzo los dedos a la espalda) hablaron murmurando, por lo vaginis, a
mis espaldas, quizás seguros de que no
entendía su idioma:
-Ésta
parece rusa. Seguro que es puta.
-O
mafiosa. O espía.
O
trabaja para el porno. –Guiño. Guiño. Codazo. Seguido de las risitas del otro.
(Escena real y no novelesca, esta vez sí lo prometo…)
Mientras rieron me giré en dirección de ambos“ Как твоя мать шлюха. Что страхование является
ни русский не ужасно.” les dije. Y añadí “
Путать с Немецкий Русский уже крошки. Господа, я так немецкий и
испанский, разнообразный крови, смешанные между пятью государствами. “ (Véase
traducción en algún traductor virtual). Tras eso, huyeron abochornados y ni
sentimiento de culpa les quedó, a los muy bellacos.
Eso
había sido como si yo preguntara a los de por aquí si el ministro español de
hacienda ha venido de Transilvania. O si Jordi Pujol ha nacido de Marte. (Lo de Artur Mas es más difícil)...Quizás
la Merkel sí que le haga los honores a su patria. ¿Pero y el rey de España
junto a nuestro presidente? ¿Acaso vinieron el uno de Suecia y el otro del
Reino Unido (óiganse las dificultades de ambos para pronunciar la letra “r” y la“s” que el uno suplanta mediante una “d”
como los suecos y el otro con un sonoro “th. Pronúnciese Téé eichhhhsss” , (sobre todo cuando se le pregunta por las cifras
del desempleo). ¡Ah no!, que el rey no habla sueco y Rajoy ni papas de inglés…Pero
más le valdría a Rajoy aprenderlo un poco a la virulé, dado su natural tono
galo. Mirad qué bien le fue a la Botella. De lanzarse nuestro presi a hablar “english”
de buen seguro, haría el ridículo. Lo cuál sería fantástico para él, ya que se
hablaría por fin más de eso que de sus recortes. No hay mal que por bien no
venga.
¿Hay
acaso esperanza de rescatar entre este putiferio de banderines y etiquetas
patriotistas al hombre libre? No sé. Algunos como servidora, nacemos en España,
tenemos padres extranjeros y abuelos tan exóticos que corremos el riesgo que al
procrear nos salgan los niños de color. Pero que no nos hablen de banderitas ni
demás zoquetudas. Porque a los que se les llena la boca con
nacionalismos, los invito a vivir en un aeropuerto. O mejor, tras eso y tanto
idioma junto, en un cementerio. Que ahí verán muchas banderas ( y abanderados).
A ver si se les va la tontería.
Más
vale que por estos lares aprendáis idiomas para demostrar vuestra germanización
y achinamiento. Pronto todos pareceremos trabajadores del modelo alemán y
chino.
La
espalda tiesa (no valdrá ayudarse con un palo de escoba). La posición con las
rodillas flexionadas a noventa grados y todo el mundo en silencio. Produciendo
por tres céntimos de yen la hora como está “mandao”. "Quadratköpfe" (cabezas cuadradas) todos.
Por no hablar de que si el alemán os parece difícil, aprender ruso os va a costar mazo. Cuándo os den un chupito de vodka para desayunar y mucha soja para comer, otro gallo cantará. En coreano, eso fijo. Si, dará mucho miedito cuando todo eso suceda. Pero ya está pasando. España está siendo comprada enterita por extranjeros que a los nacionalistas les dan mucha grima. Y así este tradicional país pronto será de los chinos, alemanes, japoneses y rusos.
Por no hablar de que si el alemán os parece difícil, aprender ruso os va a costar mazo. Cuándo os den un chupito de vodka para desayunar y mucha soja para comer, otro gallo cantará. En coreano, eso fijo. Si, dará mucho miedito cuando todo eso suceda. Pero ya está pasando. España está siendo comprada enterita por extranjeros que a los nacionalistas les dan mucha grima. Y así este tradicional país pronto será de los chinos, alemanes, japoneses y rusos.
Y en
unos años habrán nacido muchos niños como yo lo fui. De esos que detestarán
banderas y hablarán alemán cuando les pidan hablar en catalán, o ruso cuando se
les exijan redactar en castellano. No es ciencia ficción, es futuro. Y no soy
pitonisa. Y es que desde que el mundo es mundo, hubo cambios. Incluso para
aquellos que se resisten.
Un
chino os redactará la nómina cada mes, bajo la luz de una vela en Madrid,
mientras en Barcelona un ruso bajo los efectos de un “ron Pujol” pactará
bajaros aun más el sueldo para subiros el horario laboral. No menos a tiempo,
alguien quemará banderas para convocar el multiculturalismo, puede que en
Madrid o puede que en Barcelona. Así que, con-patriotas, ¡guardaros el lápiz
con el que detestais pintar fronteras, rayas y banderas y sed un poco más
elegantes en estos tiempos que corren. Dejad de votar a Políticos variopintos que
tan sólo ansían firman con sangre y con hambre vuestra condena de muerte. Que
los nacionalismos son poco finos en tiempos de aprietos globales. Que al fin y
al cabo muy poco ha resuelto una bandera cuando todo lo demás ha fallado. Las
cosas como son.
Sun
umbra floreo: C.Bürk
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