Cómo ser feliz de verdad (La felicidad vista como ejercicio)




Diariamente me escriben algunas personas. Y es una gran alegría para mí poderles responder y gozar de sus confianzas al hablarme. Entre los mensajes se repite un mal encubierto: la infelicidad de esa persona y su forma de culpabilizar el medio al respecto, sus malas suertes, lo mal que los tratan los demás. Muchas personas me hablan de lo mal que se sienten y me piden consejo. Contesté ahora a un señor y le dije lo siguiente cuando me dijo que el no podía ser feliz con “lo que tenía”. Lo pongo aquí para todas aquellas personas, que erróneamente creen que la felicidad es una suerte o algo gratuito que no está a su alcance y es cosa de unos pocos privilegiados, puedan leerlo, por si les sirve un poco. Personalmente me ha costado muchos años aprender todo esto, aunque los mensajes los encontraba repetidos por doquier. Pero si no se está en predisposición de asimilar lo que se lee o lo que a una le vienen enseñando, nada podemos hacer para mejorar. Ha sido mucho tiempo mi propio mal. Sólo la experiencia te enseña que, en efecto, ser feliz o no serlo depende de uno mismo, al menos en ésta vida. No pretendo aleccionar a nadie, pues todavía me hallo muy lejos de no meter la pata, como ítem al menos una vez al día . No obstante, aquí dejo escrito el resumen que hice mentalmente de lo que a mí me ha ayudado a ser feliz y puse así en ese mensaje a ese pobre señor atormentado. Porque hoy por hoy puedo decir que soy muy feliz, aún en medio de la más feroz adversidad que de tanto en tanto pueda presentarse:

“En primer lugar la felicidad no es una suerte o una lotería, es voluntad. Para querer ser felices debemos querer ser felices. Es el primer paso para empezar a serlo es quererlo. Con la simple voluntad de desear la felicidad se ponen en marcha mecanismos casi mágicos en nuestra mente y a nuestro alrededor. Recuerda que has venido a existir para celebrar tu vida. Es importante recordarte para qué vives cada día. Visualiza ese sueño cada día que despiertes. Sueña a lo grande. La mayoría no tienen ni idea para qué están en este mundo y esa cuestión sólo depende de nosotros. No corras tras la perfección, acepta tus errores, permítetelos y permíteselos a los demás. Perdónate y perdona. Sin límite. Incluso lo que te resulta imperdonable. Ama. Porque amando recordarás lo que sabiendo habías olvidado. Tu prueba suprema será amar a aquellos que te atacan y te ponen trabas. Pero puedes hacerlo. Muéstrale a las malas intenciones ajenas tu sonrisa y da un Bien a quién quiso darte un mal. Podrás llegar a sorprenderte.

Vienes a perfeccionar tu felicidad errando. En esta sociedad muy equivocadamente, el error es visto como una vergüenza, como un poderoso enemigo. ¡Cuánto daño ha hecho esto a la humanidad! Del error sale el logro como de la noche el día. Estás llamado a crecer. Sal de tus zonas de confort y equivócate. Es realmente lo más importante. Si los demás aun no han asimilado esto, es problema suyo. La vida es una aventura emocionante cuando empiezas a permitirte las equivocaciones para rectificar. ¡Atrévete a no ser perfecto! No te exijas perfección, sino excelencia. La excelencia es una habilidad maravillosa y es la voluntad de mejorar continuamente tras haber caído. El camino hacia la excelencia está plagado de fracasos.

No busques la aprobación de los demás. Ellos no deciden tu vida. Tú eres libre y responsable de ti mismo. Se tú, tal como eres. Acéptate sin límites. Recuerda que la felicidad comienza con las sonrisas. Sonríe. Interactúa con los demás y regala sonrisas. Trabaja con tus emociones. No se trata de prohibirte la ira ni las manifestaciones emocionales, pero lo inteligente es analizar lo que sientes a cada momento y no dejarte arrastrar por ello. Quita de tu mente aquellos pensamientos que te angustien. Todo llega por ley natural. Todo está bien. Ten fe en la Providencia. Tu eres un ser excelso que fue creado para ser feliz, no para estar pasándolo mal. Todo mal es pasajero. Todo daño pasa y sirve en un futuro como prueba. No dejes que te traume. Que nadie te haga pensar lo contrario a eso, porque será falso. Tu meta suprema es la felicidad. El sufrimiento solo es temporal, grávatelo con fuego en la mente y está ahí para enseñarte algo en el futuro. Por muy duro que pueda ser. Soy consciente que hay pruebas durísimas. Yo misma las he experimentado en mi juventud. Pero sigo viva.

Los problemas, pérdidas y fracasos están ahí para formar las cuerdas que trenzarán la cesta que se llenará con tus éxitos y tu felicidad. La adversidad sirve para fortalecer y apreciar mejor los momentos felices. Sonríen y bromean ante todo los que han sufrido mucho y aprendieron del dolor. Enseguida los reconozco; son aquellos con un sano sentido del humor. Los de la risa fácil.

Recuerda: ningún Dios te putea, no eres alguien desgraciado; la vida no es injusta. Tan sólo pasamos por pruebas que a veces son muy duras. Tómate la vida como un juego. Nada es tan serio como parece. Hay muchas opciones y posibilidades cuándo algo nos sale mal. Toma otros caminos. Redescubre todos los aspectos ignorados a tú alrededor: hay belleza por doquier, vida por todas partes. Los árboles son criaturas mágicas. Si les hablas, te advierten. Si, los árboles escuchan si les hablas, no es una locura lo que te cuento. Incluso si lo haces mentalmente. Lo mismo los animales; son grandes telépatas. Nunca estarás solo en ésta creación. Todo te acompaña. Ellos coexisten contigo. Pueden llegar a curarte. Prueba a abrazar a un roble. Acaricia a un gato….El Dios del que todos hablan tan confusamente, está en todas partes para ti. Hay bellos misterios en las cosas. Redescúbrelas y asómbrate de nuevo como cuándo eras un niño. No des todo por hecho. No identifiques todas las realidades con tu lógica matemática. Los físicos saben que cada día sus teoremas pueden derrumbarse por completo con una nueva lógica. ¡Asómbrate! El mundo es mágico y tú tienes la suerte de vivir en medio del tesoro.
Tú eres una persona con un destino. Búscalo. Suéñalo. (Si; me repito…pero es importante)…Vienes a llevarlo a cabo. Depende de ti. Enfréntate al mundo. No temas a la vida. Observa a los que no son humanos: los que ya mencioné; a los pájaros, a las plantas. Existen y confían.

Dejarás de temer lo que empiezas a conocer. Haz cosas nuevas cada día. Conócete, acéptate y supérate. Por éste orden. Saca ventaja de tus vergüenzas, ríete de ellas. Si te caes cinco veces, levántate seis. Cada una de tus desilusiones o fracasos pueden ser un estímulo para mayores conquistas, tenlo en cuenta. Cuando caes, a veces te levantas más feliz y más sabio. Todo es por algo. Un hondo sentido mueve a todas las existencias y a todas las criaturas. Acepta los obstáculos que se te presenten como retos, como si estuvieras jugando al parchís. Esta vida, créeme, no dista mucho de una partida de parchís… Estamos aquí para jugar. Pero con responsabilidad, dejando el tablero limpio y coloreado para los que vengan a jugar tras de ti.

No necesitas a otras personas para hacerlo; ellos no son tu salvavidas ni tu bastón. La codependencia sólo te hará sentir vacío. Depende en todos los aspectos de ti mismo. La libertad exige responsabilidad y a muchos les da miedo. Todo apego u obsesión por alguien te hará infeliz. Convéncete: infeliz. La otra persona a la que te agarras no llenará tus vacíos. Los problemas que vengan a tu vida no te matarán. Sí lo hará tu actitud ante ellos. Entrénate para que ahí dónde otros ven dificultad tu veas la posibilidad. Mira hacía dentro: tu felicidad está en ti, en quererla desde ti. Desearla hondamente. No está fuera, no depende de nada externo y ningún otro ser humano es responsable de tu infelicidad. Lo es tu propia actitud. Por mucho que te desilusione alguien o por muy mal que se porte contigo, es su problema. Que se apañe con su malestar interno. Como dijo Salomón: más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades. Tú estás hecho para cosas grandes.

Cuándo descubras que lo que más te llena es servir a la creación como co-creador; es decir amando a los otros; pues dándoles paso ensancharás los caminos del mundo…La competición es la mayor mentira de todos los tiempos. Da ponderación a tu prójimo; verás que la felicidad constante ya no te abandona. Porque la vida cobra su verdadero sentido cuando la inviertes en los otros. Llegará un momento en el que, teniendo en cuenta todo lo anterior, sentirás esa felicidad de la que te hablo; al darte, al dar y entregarte sin esperar la moneda de cambio porque ya comprendes que los otros necesitan de una experiencia vital distinta. Sé compasivo con los que te ofenden. Con los que se equivocan o son crueles. Ellos aun no han alcanzado la comprensión. Todavía actúan por el desconocimiento de sí mismos y lo que sienten. Tarde o temprano, no obstante, les llegará el entendimiento. A veces en existencias distintas…


Compartirte con los demás, es la verdadera forma de amar y respetar la vida. Eso sí, recuerda que no tienes que demostrarle nada a nadie. Se libre de las expectativas ajenas. No hagas las cosas para impactar a los que te rodean, disfruta de ti. Cuando una persona tiene carácter, es quién es. Y atrae todo lo bueno. La clave de felicidad absoluta es estar en paz contigo, sin culpas, sin rechazos, sin envidias ni frustraciones. Conseguirlo, es un trabajo diario, es, como quedó dicho, concienciarte cada día de tus emociones y gestionarlas sabiamente. Utiliza tus emociones a tu favor no en tu contra. Con todo esto queda hecho hincapié en que la felicidad está en ti, es un ejercicio de tu voluntad y aun en tus peores circunstancias podrás ser feliz si empiezas a querer serlo, si prestas atención a lo que sientes y lo identificas sin prohibirte las emociones circunstanciales. Tú no tienes límites, los límites te los pones tú. ¡Atrévete a ser libre! Es sinónimo de felicidad. Y para terminar, te dejo con las palabras de nuestro gran soñador, Don Quijote de la Mancha (siempre fue mi ídolo): La libertad, Sancho, es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.

(Sub umbra floreo: C. Bürk)

Comentarios

  1. Desde el punto de vista mental y emocional comparto prácticamente todo lo que dices sobre este tema. El único problema es que la felicidad también depende mucho del aspecto físico y más en concreto de la salud. A veces la mala salud, sobre todo si hay dolores, nos pone muy difícil o casi imposible ser felices. A veces la salud depende de nosotros mismos,de cómo nos cuidemos,pero otras veces por desgracia no. Pero en general, todo lo que comentas es muy positivo, bueno y útil para situaciones normales en las que la salud no es un obstáculo insalvable para ser felices.

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