Macho Ibérico versus Spanish Spiritual Lover





Macho Ibérico versus Spanish Spiritual Lover

De una parte a esta, he dejado de ser quién fui, para convertirme en un ser espiritual inmerso en un nuevo mundo donde todo se puede. El milagro lo ha obrado internet, en especial el “Feisbú”. La gesta hay que contarla, porque lo que no se conoce no existe, y de cosas de éstas merece la pena presumir.

Antes de mí metamorfosis, yo fui un ser vulgar, rayando lo trivial, que de casa al trabajo y de éste al bar y a las discotecas. Por circunstancias de la vida y durante mucho tiempo yo he formado parte de esos conocidísimos especímenes en Suecia, Inglaterra y en el mundo femenino entero: un macho ibérico (intenten leer mi confesión con la voz engolada de Félix Rodríguez de la Fuente en cualquiera de sus documentales) de esos que para acercarse a una hembra arquean las rodillas hacía fuera, caminan a lo John Wayne con el propósito de dar énfasis a la cavidad descomunal que pudieran ocuparle a uno los güebos  (lo escribo así para no confundir la palabra con los huevos de gallina). 

Morfológicamente los especímenes citados y de los que yo formaba parte, presentan fenotipos muy dispares, aunque en los individuos vocacionales era  típica una abultada *prominencia a la altura de la entrepierna, rellenada a propósito de materias dispersas que luego citaré, la cual iba acompañada por una guirnalda de michelines, todo ello culminado por una incipiente alopecia. Pero a lo que iba. 
El cortejo empezaba en hábitats muy restringidos, habiendo sido habitual comenzar el rito apoyando posaderas en la barra de un bar o en cualquier fiesta o romería (lugares óptimos en donde el observador avezado y paciente podía llegar a contemplar en todo su esplendor a este mamífero del que yo también he formado parte, antes de evolucionar). El cortejo siempre se iniciaba de lejos, y nunca se aproximaba a la hembra el objeto del cortejo a más de tres o cuatro metros, poniendo énfasis en ser percibido por ella. En resumen: un animal típico de la fauna ibérica, que en tiempos pretéritos pastaba cerveza y mascaba chicle, que aguardaba a sus víctimas fumando y soplando virutas de humo a lo alto, pululando entre las grandes manadas de congéneres por los bares del país y que –no lo digo sin cierta nostalgia- hoy en día es una especie abocada a una lenta y degradante extinción. 

Yo era (y lo continúo siendo de un modo más fino) un ligón impenitente: mi peor defecto y mi mayor pasión. Como les decía, esa tenacidad en subyugar a las mujeres, en especial a las más lozanas, me colocaba en no pocas situaciones embarazosas de las que, milagrosamente, logré escapar indemne. Se me veía por ahí haciendo el trabajo. Oliendo a baboso a mil leguas. Pero eran otros tiempos a los de ahora. Básicamente, como ya dejé dicho, acudía a probar suerte en  garitos y discotecas. Yo era de bragueta fácil y como buen depredador siempre dispuesto a desenfundar ante la proximidad de una maciza. Era ir a lo cómodo. Sencillamente, porque el alcohol y el calentón hacían casi todo. Desde luego era también aconsejable ingresar en el campo de batalla con algo de alcohol en sangre. 
La no observación de esta norma podía acarrear la suspensión cautelar de la licencia federativa de pesca sin caña. Eso sí, a ellas no se las invitaba a ninguna copa, teniendo en cuenta el menoscabo de liquidez que significaba, por lo cual ya podría ser descartado de oficio. En un garito de aquellas índoles, con que medianamente gustaras y olieras a Floïd, te metieras un par de calcetines de lana en el prieto pantalón (*véase el abultamiento al que hice alusión en el párrafo anterior), te embutieras las manos en los bolsillos, dirigiendo los pulgares hacia la metralleta y te dedicaras a ser un pelín simpático, ya tenías cacho. Una buena conversación no favorecía en absoluto, tenías que gritar para hacerte oír, y estabas al restregón. Aquello tiraba. Tirabas el primer tejo y al primero recogías carnaza. Convenía apretar como un campeón. Todo lo necesario para accionar los mecanismos de la gravedad. La ley de Newton. Caían por cansancio, prácticamente. Era ir mareando la perdiz con más o menos estilo hasta que se desplomara. Todo, un proceso artificial, forzado, etílico, en el que la alienación se apodera del cuerpo, y lo más bajo emergía en todo su esplendor. 



Aunque te hallaras ante un zorrón del quince, la lógica imponía sus frases y éstas, se escupían embadurnadas de testosterona: ¿te gusto? ¿Puedo ser tu novio? ¿Quieres casarte conmigo? …Nunca he deseado a nadie como a ti. Me he enamorado. Salidas muy cachondas, todas ellas aptas para nuestros sucios intereses. Disparos con bala. Dar la impresión de que eras un tío decente. Tú no ligabas. ¡Qué va!: te habías enamorado. En aquella fase se entraba en un rifi-rafe imprevisible pero que siempre apuntaban a la meta. Inmersos en aquella ruin sarta de mentiras, lamentable y condenable si lo queréis llamar así, nos hallábamos francamente extasiados. Convenía fijarse en la voluntad mal maquillada de la víctima de buscar jaleo, o bien la de necesitar un psicólogo. Ya era nuestra y su error, descuidar los flancos. Ellas decidían. O al menos, convenía que así se lo hicieras creer, como ya ha quedado dicho. Insisto. Acto seguido, le metías la cochina lengua en la boca. Duro, pero cierto. Promesas de amor verdadero siempre y cuando nos dejara llegar a la cama, pero amor verdadero al fin y al cabo. 

En esta fase podíamos aconsejar que ella fuera a pedirse una copa. La taja de ella convenía. La nuestra, factor hostil, tanto para nuestra capacidad de análisis como para nuestros guarros objetivos en la cama. No se bebía más llegado a este punto. Y punto. Éramos conscientes de la repulsa que tal dictamen originaba, pero la misión era lo primero. La forma más fácil por parte de ellas de darle largas a un moscón era siempre acceder a lo que éste pedía. Luego, el punto supremo. A estas alturas, estimado lector, no hará falta decir de cual se trataba. Luego, adiós Ah, bendita época del destape. ¡Qué modas aquellas! Y no las de Armani. Que en este mundo nuestro, amable lector,  aquello haya pasado de moda, no se le puede perdonar a los modistas. ¡Mariquitas envidiosas todos ellos! Empero, lo peor de todo fue el feminismo que acabó siendo mi peor holocausto y tras las avalanchas de suequitas y alemanitas en los setenta y ochenta, los roscos que me fui comiendo durante los años venideros acabaron siendo únicamente de anís.



Los años pasan y las modas con ellas. Había que renovarse o seguir oliendo a anís. Cansado de tantas manualidades solitarias, descubrí internet y el “Feisbú” como os decía al principio de mi confesión. Todo ello me condujo a unas ventajas ilimitadas y a una segunda juventud de desmadre sexual. Fue así como acabé convertido en el segundo de los especímenes de ligón ibérico y el más moderno: el spanish spiritual lover. Este nuevo sujeto, que por ahora no ha querido ser catalogado y que hoy, querido lector, he querido presentar para ti, a diferencia del macho ibérico ya descrito tiene la bragueta en la frente. 

 El descarado “ligón de discoteca”, personaje que fue fielmente interpretado por actores como  Andrés Pajares o Fernando Esteso en la España del destape, ha reaparecido ahora en escena, evolucionado y bien definido entiéndase, pero no en una discoteca local como nos tenía acostumbrados, sino como activista de movimientos de crecimiento espiritual, donde la facilidad para dar y recibir abrazos y para hablar del amor sin fronteras, da alas (negras) a su “buitrito interior”. ¿Cómo se ha formado? Gracias al Feisbú y sus grupos de misterio o espiritualidad  y demás demases. De ahí a formar una red de contactos femeninos personal, hay solo un pequeño paso. En primer lugar debes decorar tu muro de Facebook con imágenes Zen, con mensajes de paz y de amor, con frases que dejen en evidencia tu elevada espiritualidad, intelecto e intención benévola. Para ello sírvete a discreción de google y demás artillería cursi. Sé un infiltrado en las filas enemigas. Escógelas guapas. Los callos que te solicitan amistad los descartas. 

Da la información de ti que necesitas dar, da tú teléfono móvil pero jamás tu fijo ni la calle en la que vives. Luego, ve al ataque. Para ello, cataloga al género femenino que vayas agregando a la lista facebookiana exhaustivamente: a las más abiertas de mente les dedicarás unos cinco minutos diarios, será suficiente. Háblales de la poca falta de sensibilidad que hay en el mundo. De todos esos tíos que van tirando la caña por ahí y lo insensibles que son. Y cómo no, tú lo último que quisieras es molestarla. Puedes llevar fácilmente un registro de doscientas chatis o más. Aún serás más interesante si pasan varios días y no sabe nada de ti. O dejes de responder los mensajes. Lo importante, como dije, es llevar un buen registro, tirar de la contabilidad. Pronto, muy pronto conseguirás que te suelten el típico “pues podrías venir a hacerme una visita”. Anotarás las fechas apropiadas. Lo bueno es hacerlas coincidir en tu mes de vacaciones. Un día para cada una. Treinta y un  pibones. Mientras tanto irás aprendiendo masajes Shiatsu, Zen o “bragaenmano”. Y les hablarás de tus habilidades manuales y terapéuticas. No podrán resistirse a probarlo. Como dicen los galleguiños, que parecen comprenderlo todo bajo ese aire dubitativo, "buitres y canallas, haberlos, haylos”. Con lo que os cuento, no he descubriendo América, lo que no parecía tan evidente es que hubiéramos encontrado un maravillo nicho de mercado y de actuación en el mundillo de los talleres de crecimiento espiritual, que tan en boga están en estos tiempos de 
búsqueda de identidades en un mundo cambiante e incierto para todo el mundo. 



Evidente es, que entre tanta oferta de las mil y una posibilidades de mejorar como persona, un servidor, intrusos del mundo espiritual, buitre profesional que ahora se disfraza de santón, haya encontrado más de un taller adecuado donde vislumbrar a muchos cuerpos serranos, sin tenerme ya que preocupar por recurrir a un implante capilar o hacer dieta e ir a manteniendo mi cuerpo, ni si quiera hará falta que tu picha tenga proporciones generosas, porque si de lo que se trata es de la auto-aceptación remachando el mantra, o bien tirar de la oración repetitiva hindú: "Me amo y me acepto tal y como soy" Ahhhhhhhhhhhhhh. ¡Alquien vendrá y acabará por darte un achuchón! ¡Ay señor, si hasta el Mago Merlín confiesa en la película Shrek tres que ha dejado de hacer imprecaciones para repartir abrazos! Aprenderás, en primer lugar “el arte de vivir” para parecer muy convincente: meditación, sanación, constelaciones familiares bioenergética, inteligencia emocional, terapia regresiva, respiración holotrópica, musicoterapia,  yoga, feng-shui,  Tai-chi, esencias florales tipo Bach, reflexología podal reiki, entre muchos otros asuntos. El objetivo es el mismo de antes: acabar follando como sea. Sólo que ahora, una vez aprendido el rollito, lo harás sin mucho esfuerzo. Hasta conseguirás que ellas te monten a ti y tú sin empujar, gracias al rollete de la energía tántrica. 

Tu picaresca encontrará respuesta a sus plegarias muy pronto. Al igual como quién siembra y recoge el trigo de la espiga. Como buen buitre de Lozoya, planearás tus vacaciones sin pagar un duro y follando todo el día. Podrás empezar por Gerona y acabar tu viaje en Gibraltar. En cada ciudad del país habrá una hambrienta espiritual esperando tu visita y tu masaje zen. Tendrás cama, sexo y plato cocinado con amor totalmente gratis. Una vez alcanzado al primer objetivo, tendrás que impresionar tántricamente. Sin límite de descaro, le irás a presionar el hombro, sabiendo que acabaras por apretarle una teta. Y las dos, y… Mantén la calma entonces. Que no se te ponga la picha tiesa. Susurra palabras de amor universal sin límite, mientras planearás clavar los colmillos para dejar a las víctimas sin energía vital. Es decir, que entiendan el mensaje de entrega al revés, redirigiéndolo directamente a su propio abastecimiento energético, dejándolas suspirando y con las bragas abajo.  

¡Ahhhhhhhhhhhhh! ¡Gracias Feisbú, gracias mundo virtual!, porque sin vosotros yo nunca habría descubierto estos nuevos dones. Me habéis recompensado, por mi gracia, mi saber estar, sin mermarme ante las adversidades de la vida, la calvicie y los genitales arrugados. Y ya solo temo, como los celtas que el cielo se me derrumbe encima y que además tenga cuerpo de maciza y alma de demonio.

(Relato dedicado a a todos esos que saben, tal vez, quienes son...Y que ignoran que hay otros tipos de mujer que desconocen. Cabezazo contra la pared...)


(Sub umbra floreo: C. Bürk)

Comentarios

  1. Ese es el hombre de los sueños de mas de una jajajjajajajjajajajjajajajaj

    ResponderEliminar
  2. Lo que me he podido reir, amiga Claudia. Ese humor que tanto te caracteriza es el que conocí por primera vez un día en una cena en tu casa. Lo has clavado totalmente y con ello has desarmado e más del 70 por ciento de los hombres que te piden amistad por el Face sin conocerles y se te declaran en tan poco tiempo...
    Menos mal que yo no me fio de las apariencias nunca y suelo adivinar una parte del alma de los hombres que son mis amigos hoy en día y acabo sabiendo de su alma mucho más que ellos mismos.
    Es fácil detectar a este tipo de personajes por normalmente no tienen ni pizca de conversación, y un polvo sin conversación y cariño acaba siendo toda una anécdota tambien para las mujeres... ¿No hay tambien una parte de las féminas que igualistas? Pues ojalá se encuentren unos a otros en múltiples orgasmos de primera, con espiritualidad o sin ella, que para el caso, quizá no tenga ninguna importancia.
    Me consta que un masaje lo sabe dar cualquiera sin ir a ningun cursillo ni consultar e-books en internet o vídeos del youtube...
    Pero lo bueno de todo es cuando alguna "partner" va a lo mismo que ellos, y él susodicho se engancha perdidamente con ella...
    Ahí sí que empiezan los problemas para el "ligón compulsivo" porque al final se convierte en víctima y eso sí que no se lo esperaba...
    Aplausos finales. Me ha encantado tu escrito.

    ResponderEliminar
  3. Claudia, la verdad es que en todas partes cuecen habas y los grupos "espirituales" del Fb. no iban a ser menos. Pero, vamos, que no me lo creo mucho, ya que es un poco rebuscao para los tíos normalitos, je,je. Quizás, esos de mediana edad, que lo tienen más difícil, puedan encontrarse en las redes, con ese objetivo, pero la gente joven,...como que no. Quizás esté equivocada.

    La verdad es que para los fulanos que sólo piensan con el pito, puede ser un medio como cualquier otro, pero tienen que forzar más su inteligencia, su capacidad pensante, para convencer y esto no va mucho con el troglodita que pintas en tu escrito. Ese sólo tiene una idea fija: arrimar la cebolleta, aunque le cueste la vida, je,je

    Ricardo, guapo, no creo que ese sea el ideal de muchas tías, porque la verdad es que el tiempo de los hombres "de pelo en pecho" y paquetón, pasaron a la historia. Aunque no digo yo, que no haya excepciones, depende del gusto de la consumidora y de los efectos que las feromonas del contrincante, ejerzan sobre su líbido, o sea, sobre sus ganas. Hay de todo.

    Bueno, Claudia, que me ha gustado mucho leerlo y a la vez imaginar al "orangután" en cuestión, oliendo a sudor, tabaco y Floid, como en los tiempos de la postguerra, en los que eran los más apreciados por las féminas, por ser verdaderos "hombres". :-)

    Isa <3


    ResponderEliminar
  4. No dejas de sorprendernos. Tienes mil voces dentro de esa gran escritora que eres, capaz de hacernos creer lo que escribes, eres grande Claudia.

    ResponderEliminar
  5. ¡Muchísimas gracias por vuestros comentarios! Es un honor ser leída por vosotros. La intención es siempre la misma: entretener, hacer reír, o si cabe incitar la reflexión. Me dejo llevar a la hora de escribir por lo que me pide el cuerpo y a veces me olvido un poco de la diplomacia. Lejos de ofender o señalar a alguien en cuestión, la intención es el humor, ni más ni menos. Os mando todo mi afecto, que es sincero a no más poder. Sin vosotros, ¿quién sería ésta servidora? Naaaaaaaaaaaaaaaaaaa, jejejeje.

    ResponderEliminar
  6. ja,ja, amiga, como me he reido !! y si, se de mas de uno que es así, ja,ja,ja,

    ResponderEliminar
  7. Mi hermosa princesa...Te he leído mucho...Oh si...Te he seguido en tus programas de radio, en tus conferencias que gentilmente compartes por Facebook y bueno....Debo puntualizar hoy que es la primera vez que leo algo que me ha hecho reír enormemente...Tienes este Don, esta estupenda facilidad de trasportar a tus lectores en el sitio y el momento, y como hoy bien has dicho, incluso nos has dado la tarea de imaginarte hablando con la voz de Felix Rodriguez de la Fuente....En fin que he de felicitarte como siempre por ser maravillosamente extraordinaria. Por tocar temas que muchos no tienen ni el encanto, ni la sapiencia, mucho menos el toque de hacerlo de la forma que tu lo haces...Mi Claudia bella...Muchas gracias por compartirme, por obsequiarme esa esencia tuya tan peculiar que te caracteriza...Eres Grande Mami...Sin duda alguna...Te dejo un beso enorme...Tu amiga por siempre.♥

    ResponderEliminar
  8. Muy divertido Claudia, gracias! Estos dos estereotipos que se describen en tu relato, los que ya tenemos una edad, los tenemos totalmente identificados. Ley'endote se me ha ocurido que posiblemente respondan a dos mitos femeninos que est'an siendo explotados por estos fornicadores eternos, como arma arrojadiza, como caballo de Troya hacia la entrepierna femenina, la fuerza y la sensibilidad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Daniel, jejeje, hombrrrreee eso de "fornicadores eternos" ejem, no sé, no sé, pues todo acaba atofiándose y respondiendo a las leyes de la gravedad terreste jeje. Pero es bien cierto que ahora, debido a la ola espiritual y el new age hay ésta otra clase de "buitres" que yo llamo los "spiritual lovers" jeje. Lo que celebro es que pases un buen rato con la lectura y soy feliz por saberme leída por tí. Un beso grande.

      Eliminar
  9. Metete en badoo, tinder o cualquier página de contactos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares